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José L. Lobo
UN PROGRAMA CULINARIO PARA LA TV DE EEUU
Corría 2007, un año después de que la Casa del Rey hubiera ordenado supuestamente a Iñaki Urdangarin desvincularse de sus negocios en el Instituto Nóos, cuando el entonces heredero Felipe de Borbón puso en contacto a su cuñado con la actriz Gwyneth Paltrow para que ambos hicieran negocios a través de la entidad tapadera que declaraba no tener ánimo de lucro. El actual Rey y la rutilante estrella de Hollywood se conocieron en 2002 en Mallorca, y algunos medios les atribuyeron entonces una relación sentimental, que habría llegado a su fin cuando, en 2004, el primero contrajo matrimonio con Letizia Ortiz y la segunda con el cantante Chris Martin, líder de la banda británica Coldplay.
El supuesto idilio entre el entonces Príncipe y Paltrow floreció en la más absoluta discreción durante el verano de 2002. La actriz comenzó a frecuentar Mallorca porque, según el diario noruego Aftenposten, se había convertido en "algo más que una amiga" del heredero. El británico Daily Mail aseguraba que, tras navegar a solas por aguas mallorquinas en un lujoso yate y compartir cena en un restaurante de la capital balear con las infantas Elena y Cristina de Borbón, Paltrow se escapó del Festival de Venecia en septiembre de aquel mismo año para disfrutar con el Príncipe de una velada en Madrid. En agosto de 2003, El País informaba de que la actriz "se esconde de los paparazzi en Mallorca", donde volvió a cenar con el Príncipe, esta vez en una finca rural propiedad de Kyril de Bulgaria.
Cuatro años más tarde, en 2007, Paltrow recibió una oferta para rodar en España una serie televisiva, a medio camino entre reality show y road movie, sobre la gastronomía española. La serie, que presentaría la oscarizada actriz, se emitiría primero en la Public Broadcasting Service (PBS), la televisión pública de EEUU, y más tarde en nuestro país. Inicialmente, la producción iba a constar de 26 episodios de media hora cada uno bajo el título genérico de A Taste of Spain (Una degustación de España), pero finalmente quedó reducida a 13 capítulos de 55 minutos de duración bajo el nombre genérico de Spain... on the Road Again (España... de nuevo en camino). Por entonces, la supuesta relación sentimental entre el Príncipe y Paltrow había dejado paso a una buena amistad.
Urdangarin, que para entonces ya se había embolsado casi cinco millones de euros de la Generalitat Valenciana y el Ayuntamiento de la capital con los foros sobre deporte y turismo organizados por el Instituto Nóos, debió pensar que la serie presentada por Paltrow era una buena oportunidad para seguir esquilmando las arcas públicas valencianas con la aquiescencia del president Francisco Camps y la alcaldesa Rita Barberá. El duque de Palma quiso mediar en la producción televisiva para volver a sacar tajada, según han relatado a El Confidencial fuentes conocedoras de la operación, y fue en ese momento cuando recurrió a su cuñado, el Príncipe de Asturias, para que le presentara a la estrella hollywoodiense.
El rey Juan Carlos, según la versión oficial difundida por la Casa del Rey tras el estallido del caso Nóos, había exigido en 2006 a Urdangarin, a través de su emisario y asesor jurídico, José Manuel Romero, conde de Fontao, que se desligara por completo del Instituto Nóos para no dañar la imagen de la Corona. Pero lo cierto es que el duque de Palma siguió vinculado a la entidad supuestamente altruista, aunque oficialmente desapareciera de su organigrama. Y no lo hizo contraviniendo las supuestas órdenes del monarca, como machaconamente sostuvo la versión oficial tras la caída en desgracia de Urdangarin, sino con la aquiescencia de Don Juan Carlos, que incluso le ayudó a buscar financiación para sus nuevos proyectos.
En 2007, por ejemplo, el anterior monarca convenció al rey Abdullah de Arabia Saudí para que patrocinase con 100 millones de euros un proyecto de Urdangarin cuyo objetivo era lograr que un segundo equipo español de vela participase en la 33ª edición de la Copa del América, que se celebraría en 2009. No fue ese, ni mucho menos, el único cable que Don Juan Carlos echó a su yerno, como prueban las decenas de correos electrónicos que Diego Torres, el exsocio de Urdangarin, ha aportado al juez instructor del caso Nóos, José Castro. Pero lo que no consta en el sumario, al menos hasta la fecha, es que el actual monarca, Felipe VI, también ayudó a su cuñado en alguno de sus oscuros negocios.
Según las fuentes consultadas, Urdangarin recurrió al entonces heredero de la Corona, y este accedió a presentar a Paltrow a su cuñado en una fecha no determinada de 2007. El propósito del duque de Palma, añaden esas fuentes, era recurrir a sus excelentes contactos políticos en la Comunidad Valenciana, utilizando a la actriz como tarjeta de presentación, para que el Ayuntamiento de Rita Barberá patrocinase uno de los capítulos de la serie televisiva gastronómica. Concretamente el episodio 12º, titulado "A Tour of Valencia and an Unforgettable Paella" ("Una gira por Valencia y una paella inolvidable"), destinado a seducir a los espectadores estadounidenses con las recetas del plato español más internacional.
El 11 de mayo de 2007, Mario Sorribas, secretario y mano derecha de Urdangarin en el Instituto Nóos y apoderado de Aizoon –la empresa familiar cuya propiedad comparten al 50% los duques de Palma–, envió un correo electrónico a Miguel Zorío, el abogado que hizo de intermediario entre el yerno del Rey y la Administración Pública valenciana, para abordar el asunto. "No ha sido hasta hoy mismo que me han enviado información concreta sobre aquel proyecto de programa de TV de gastronomía. Parece ser que lo patrocina el New York Times y que la presentadora es Gwyneth Paltrow", le dice Sorribas. "Los ideadores de la serie van a estar en Valencia el próximo martes. La última vez que vinieron no pudieron coincidir con la alcaldesa, a pesar de que ésta tenía interés en verles", añade.
Esta vez, sin embargo, ni siquiera el reclamo de una actriz de renombre mundial como Paltrow le sirvió a Urdangarin para volver a desplumar a las instituciones valencianas. La Fundación Turismo Valencia se negó a desembolsar más fondos al duque de Palma, y así se lo comunicó Sorribas a Ángel Díaz, un colaborador de Urdangarin y la infanta Cristina en Aizoon, en un correo electrónico fechado el 14 de mayo de 2007, al que también ha tenido acceso este diario.